1206
Recuerdo la carne al buscar entre los dedos la humedad sin espera
Veo el armario con ropa sin estrenar
y el descuido al acecho partiendo el aire inmóvil de la naturaleza
es precisamente el dolor de la quietud en la rotura
más que el vacío del tiempo atropellado por la mirada oblicua de algún rostro tan lejano como el olvido
Y armo el murmullo con latidos de espuma porque amo la ceguera
aunque los días no existen bajo la sal seca cansada de pisadas
Recuerdo la carne azul cielo de norte y vapor
incluso sin nombre
1219
Queda atrás el espejo consumido ya sin voz
y crece la gran blancura de las lenguas bajo el párpado
como sol que ciega ante el mar
Canta los nombres prohibidos
donde la sombra empieza abre las alas y gira el tiempo
Nace un animal con sed cada mañana
que se desvanece en la puerta
que llama al incendio
1207
Luce el sol tras la cortina mecida por la brisa
que un día fue amanecer de sueño y soledad
antes de la ceniza
Penetra su luz por la costura
sin saber de la humedad rota en sal
1226
Porque guardo las piedras caí
por esta verdad mal contada
repleta de flores y pobre de piel
por este vuelo negro
de aire de laberinto
No existe culpa en los animales que suelen llover
noches de intensa luz y espejos cerrados al roce
quizás fue el estómago constelado
quien puso voz al velo de fruta
quizás yo heredé la ceguera del cielo durmiente
donde la urdimbre confunde el deseo y la urgencia
y eleva dolido la lengua extranjera
Corre la sangre de los paisajes
ardida y ligera sin conocer a nadie
paredes escritas de habitaciones vacías con ventana entreabierta
Corre la sangre al abismo largamente coloreado
que es el hueco sin respuesta en mi mano
Vergel de invierno que asfixia la sombra
tuyos los huesos de esta rendija llena de cifras
1227
Desnuda el cielo mis ojos para caer lento
en el invierno de aquellos lugares donde es blanco y quieto
El abismo de lágrima es la sombra del árbol fingido
que exhibe su fruta de piedra
pero me hundo en esta noche lejos del saber
para rozar el hueso que se desvanece en el silencio de la sed
Qué belleza eléctrica el instante de la muerte con la carne en flor
sobre la memoria
los insectos
y cuánta gente grita nombres erróneos
Qué belleza el olvido y el aroma de la semilla estéril
1214
la médula tensa y azul
ruge con voz de crujido antiguo
lágrimas de fuego sumiso dibujan en el aire
nombres y hechizos
vegetales coronados por la primavera de una piel encrespada
Mira el centro dilatado al fondo del pozo
y solo ve un charco apenas metálico
Derrama el invierno envenenado de humedad caída
envuelta de sombra
Tal vez acudan las flores sin voluntad
para dejarse llevar en la huida
atrás cada paso se junta indeciso al aroma cada vez más lejano
allí donde espera el amor conocido
con mar de espuma
de brillo y tierra
1232
Mi cabeza de mar suspendido hereda la asfixia del pez
que a golpe ciego de error descubre las últimas ruinas
Trepo piedras dentro de piedras frágiles y frías como la escarcha
y cabezas hirvientes en la ceniza azul del cielo quebrado
Caen agujas con hilo encarnado y astillas de espuma
Veo el vapor concéntrico del pensamiento envuelto de arterias
cabezas dentro de cabezas y puños de flores
Tiempo dormido
sé de los astros por la marea aún ajena a la luz
deseando el roce que detenga el pulso
incorpóreo llamando
transparente
Breve luz
1206
Recuerdo la carne al buscar entre los dedos la humedad sin espera
Veo el armario con ropa sin estrenar
y el descuido al acecho partiendo el aire inmóvil de la naturaleza
es precisamente el dolor de la quietud en la rotura
más que el vacío del tiempo atropellado por la mirada oblicua de algún rostro tan lejano como el olvido
Y armo el murmullo con latidos de espuma porque amo la ceguera
aunque los días no existen bajo la sal seca cansada de pisadas
Recuerdo la carne azul cielo de norte y vapor
incluso sin nombre
1219
Queda atrás el espejo consumido ya sin voz
y crece la gran blancura de las lenguas bajo el párpado
como sol que ciega ante el mar
Canta los nombres prohibidos
donde la sombra empieza abre las alas y gira el tiempo
Nace un animal con sed cada mañana
que se desvanece en la puerta
que llama al incendio
1207
Luce el sol tras la cortina mecida por la brisa
que un día fue amanecer de sueño y soledad
antes de la ceniza
Penetra su luz por la costura
sin saber de la humedad rota en sal
1226
Porque guardo las piedras caí
por esta verdad mal contada
repleta de flores y pobre de piel
por este vuelo negro
de aire de laberinto
No existe culpa en los animales que suelen llover
noches de intensa luz y espejos cerrados al roce
quizás fue el estómago constelado
quien puso voz al velo de fruta
quizás yo heredé la ceguera del cielo durmiente
donde la urdimbre confunde el deseo y la urgencia
y eleva dolido la lengua extranjera
Corre la sangre de los paisajes
ardida y ligera sin conocer a nadie
paredes escritas de habitaciones vacías con ventana entreabierta
Corre la sangre al abismo largamente coloreado
que es el hueco sin respuesta en mi mano
Vergel de invierno que asfixia la sombra
tuyos los huesos de esta rendija llena de cifras
1227
Desnuda el cielo mis ojos para caer lento
en el invierno de aquellos lugares donde es blanco y quieto
El abismo del lagrimal es la sombra del árbol fingido
que exhibe su fruta de piedra
pero me hundo en esta noche lejos del saber
para rozar el hueso que se desvanece en el silencio de la sed
Qué belleza eléctrica el instante de la muerte con la carne en flor
sobre la memoria
los insectos
y cuánta gente grita nombres erróneos
Qué belleza el olvido y el aroma de la semilla estéril
1214
Todo está preparado para el olvido
la médula tensa y azul
ruge con voz de crujido antiguo
lágrimas de fuego sumiso dibujan en el aire
nombres y hechizos
vegetales coronados por la primavera de una piel encrespada
Mira el centro dilatado al fondo del pozo
y solo ve un charco apenas metálico
Derrama el invierno envenenado de humedad caída
envuelta de sombra
Tal vez acudan las flores sin voluntad
para dejarse llevar en la huida
atrás cada paso se junta indeciso al aroma cada vez más lejano
allí donde espera el amor conocido
con mar de espuma
de brillo y tierra
1232
Mi cabeza de mar suspendido hereda la asfixia del pez
que a golpe ciego de error descubre las últimas ruinas
Trepo piedras dentro de piedras frágiles y frías como la escarcha
y cabezas hirvientes en la ceniza azul del cielo quebrado
Caen agujas con hilo encarnado y astillas de espuma
Veo el vapor concéntrico del pensamiento envuelto de arterias
cabezas dentro de cabezas y puños de flores
Tiempo dormido
sé de los astros por la marea aún ajena a la luz
deseando el roce que detenga el pulso
incorpóreo llamando
transparente